En los programas turísticos deberían incluirse visitas a los cementerios monumentales, son siempre lugares muy sugestivos y cuentan con verdaderas galerías de esculturas que envidiarían cualquier centro urbano, hay que ver los de Génova, Milán, Florencia, París...para entender los cambios que la escultura ha tenido desde que se destinó un lugar para los muertos.Giulia Mariotti y yo estuvimos visitando el de la Almudena de Madrid y no pudimos menos que sentirnos un poco Almodovarianas.
Es otro paseo sin empeño económico pero muy agradable.
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